martes, 16 de febrero de 2016

Desde que viniste a por mis piedras.

Erase una vez, que se era, una princesa hechizada, vivía en un castillo enorme ,que le quedaba grande, por su pequeño tamaño, la princesa era bonita y simpática ,pero tenía una maldición, la enorme insistencia de su abuelo a que encontrara novio había hecho que la princesa no fuera feliz. Cada uno de los príncipes que su abuelo mandaba, para ella, al castillo ,la habían hecho disminuir de tamaño de una forma sobrehumana. Era pequeñita, tan grande como un peine. Todo le venia grande y se sentía impotente ante todo en su enorme castillo. Su abuelo avergonzado por el fracaso de la princesa con sus tres maravillosos príncipes había decidido castigarla obligandola a estar sola. Ella no recordaba ni siquiera su nombre, no sabia quien era y que era lo que le hacia feliz. Solo había dentro del castillo una cosa que todavía le hacía feliz , una caja de música, que su madre le había regalado antes de morir. Le encantaba tomar el sol y arrastraba su caja hasta la puerta del castillo cada mañana, ese día sin saber lo que encontraría, lo volvió a hacer, tomo el sol, canto y bailo, era un día mas en su aburrida y triste vida, cuando de repente , vio a alguien acercarse por el bosque subido en un caballo negro precioso, oh! era un chico, que nervios, y yo con estos pelos, pensó la princesa, al acercarse el muchacho tenia la cara tapada con un trapo negro, no podía intuirse nada de su rostro, la princesa pensó que seria otro mas de los príncipes que su abuelo mandaba para casarla y se escondió. el muchacho bajo del caballo cogió una piedra del castillo y se volvió a subir al caballo, cuando se iba se le cayó un porta retratos, al lado de la pequeña princesa, era tan guapo, tenia algo que no podía explicar. No parecía mandado por su abuelo, ¿que hacia con esa piedra? Vaya! no la había visto, algo normal en la gente que pasaba por su castillo, de repente una voz inexplicable salio de la pequeña princesa, Oye!!! se te a caído esto!! el chico miró pero no vio a nadie, ¿Quien me habla?- dijo desde su caballo. La princesa, tímida , dijo,- Mira abajo, si es que ves con ese trapo.  El chico bajó del caballo y miro con asombro a esa personita que tenia en sus pies.Se agacho y la cogió con sus manos, la princesa se movía inquieta, gritaba y gruñía, pero a el le dio igual. Ese ser era lo mas bonito y mas extraño, a la vez que, había visto en su vida. la princesa tras varias veces a punto de caer al suelo desde las manos del chico se canso de luchar y se sentó despeinada en la palma de su mano. El no paraba de mirarla y sonreír detrás de ese velo negro y ella lo miraba casi sin parpadear. Pensó ¿igual me come? ¿ que tendrá debajo del pañuelo ? ¿ será el mismo chico que en el retrato? Ella acostumbrada que su vida fuera un mar de dudas y preguntas sin contestar. creyó que intentar verle la cara sería lo mas lógico. Salto y tiro del pañuelo. El chico, brusco apretó la mano y aparto a la pequeña princesa de su cara. Bajándola al suelo. NO! grito el, no tengas tanta prisa,
pequeño ser extraño.-digo el chico enfadado. ¿ que tienes debajo de pañuelo? ¿eres el chico de la foto? ¿ por que te escondes? quiero verte ya! -dijo la princesa saltando hacía el. Las cosas no nos siempre cuando usted quiere señorita- dijo el muchacho un poco molesto. ¿ porque te llevas mis piedras?- dijo la princesa enfurruñada, ¿acaso las necesitas? - contesto el chico. Ella tubo que callarse. En realidad le sobraban todas y cada una de ellas, Las odiaba, detestaba su temperatura, y su olor a hierva. Entonces agacho la cabeza y sonrió. ¿He podido ver una sonrisa?- dijo el chico, NO! no me he reído- contestó ella volviendo a hacerlo. El chico cogió un pequeño mechón de pelo de la princesa y se lo colocó detrás de la oreja.Y ella sintió algo en el pecho. Se apartó corriendo de el muchacho y el la respetó. volvió a subirse a su caballo y una vez arriba la princesa le dijo: te dejas esto, no, no me lo dejo, es un préstamo- dijo el,¿ Cuando te lo devolveré? dijo ella. No pienso dejar de venir, ahora ya no.-contesto el chico desde su caballo. ¿a llevarte las piedras? pregunto la princesa muy curiosa.  Si, hasta que ya no quede ninguna,y entonces seas tu la que te vengas conmigo.- dijo el chico mientras se alejaba  en su caballo. La princesa sin saber muy bien si había escuchado bien se quedo perpleja, con la boca abierta. ¿como te llamas? dijo ella gritando...a lo lejos se escuchó: SEBÁSTIAN ....ay!!! sebastian....

CONTINUARÁ...

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